Software social

Nos parece extraña la relación o sinergia entre software (relacionado con el mundo de la informática, la máquina) i social (la vertiente más humana, más personal). En nuestros días encontramos estas relaciones de conceptos tan súmamente repetidas, que no tan sólo forman parte de nuestra vida sinó que se han convertido en imprescindibles.
Para comunicarnos, necesitamos las distintas herramientas que las interfaces comunicativas nos ofrecen. Por esa razón existen una especie de convenciones, acuerdos a los que todos hemos llegado tácitamente a través del uso del software. Todos hemos aprendido a usar las diferentes inovaciones del software, las hemos interiorizado o adivinado hasta aprender. Ahora, nos parece necesario poder usar un chat, tener mil opciones para hacer una acción o disponer de un abanico de posibilidades que ya no están inspirados en el mundo real, sinó que lo llegan a sobrepasar. Hay acciones que no podríamos llevar a cabo si no fuera a través del software, es decir, ya no podemos afirmar que se base en la sociedad y sus necesidades sinó que genera nuevas formas de comunicación y nuevas necesidades.